Lorem

Larga vida a las reinas

Mavi Martínez

@mavimartinezv

Actuar es meterse bajo la piel de un personaje. Es uno de los actos performáticos por excelencia. El arte de las drag-queens carga sobre las espaldas y tacones el simbolismo de una lucha, de resistencia, de generar cultura, como también de entretener y dejarnos viajar a un mundo de fantasía entre brillos, pelucas y sobre todo: compromiso artístico.

En el 2009 se estrenaba el reality que resignificó la performance drag, convirtiéndola en una forma de entretenimiento mainstream que trascendió a la comunidad LGBTQ+ y que logró romper con más de un estereotipo de género: RuPaul’s Drag Race. El emblema drag detrás de este fenómeno fue -y sigue siendo- RuPaul Andre Charles, quien ya se había convertido en un referente del círculo a comienzos de los años 90.

Se cree que el drag como performance inició en la Grecia antigua. Luego adquirió prominencia en el Periodo Isabelino durante la época Shakesperiana en la que se llevaban a cabo las obras teatrales escritas por William Shakespeare. En aquel entonces las mujeres no podían participar de obras teatrales, por lo tanto, eran los hombres quienes asumían los personajes femeninos de las obras, pero el primer registro del término data de 1870. Es así que desde su concepción el drag tiene una fuerte raíz ligada al entretenimiento y a las artes escénicas, específicamente al teatro.

En los años 30, en medio de la Ley Seca de Estados Unidos, la escena de Vaudeville adquiere presencia en los circuitos gay, siendo el acto drag uno de los más populares. Sin embargo, es durante la década del 60, específicamente a finales de la misma, que el activismo de todo el colectivo reivindica el arte drag como símbolo de lucha y resistencia. Durante ese periodo los eventos claves fueron las manifestaciones de Stonewall en Greenwich Village, el lugar histórico de la lucha LGBTQ+.

La drag queen y activista Marsha P. Johnson fue la referente que marcó un precedente en la lucha LGBTQ+ y en la comunidad drag. Ya en los 80 el arte drag tenía referentes mainstream como Divine, quien se convirtió en un ícono internacional mediante su carrera cinematográfica en las películas de John Waters.

IMG_4689.jpeg Omar Mareco es Envidia Metenés.

El camino en Paraguay

Hablamos con Omar Mareco (Envidia Metenés), Manu Portillo (Maldad Drag), Aldo Calabrese (Menta Green), Augusto Santiviago (Sanita Umda) y Nelson “Cuco” Viveros (Dislexia Severa), quienes el año pasado subieron a escena con el Drag Fashion Show. En ocasión de sus presentaciones, nos abrieron las puertas del backstage, como también de sus mentes y corazones, donde entre recuerdos, maquillaje, vaporosos vestidos y palabras, desgranaron el ADN del arte drag en Paraguay.

“Drag es una inspiración en un personaje femenino, pero no es una mujer. Las drags existen desde la época de Grecia, cuando las mujeres no podían pisar un escenario. Tiene mucho que ver con eso de que en el antiguo teatro parodiaban a los dioses. Siempre existió y hubo personajes drag”, expresó Manu, en plena transformación para ser Maldad Drag, de manos del maquillador Juan Florenciáñez.

La drag de Manu, que empezó fortuitamente a existir con las fiestas promovidas por Omar por los años 2016/2017, está basada en Usha Didi Gunatita, referente de Paraguay, y Úrsula, de “La Sirenita”. Entre los extremos, lo grotesco y lo exagerado, Maldad es una voz. “Usha siempre me llamó la atención. Me basé dramáticamente en su personaje y también en Úrsula”, contó, para luego añadir que fue con el tiempo jugando con más estilos e influencias de cine o de las telenovelas. “Mi denuncia es que yo soy la maldad de las cosas que los demás no quieren aceptar o reconocer, llevado a través de estos personajes dantescos, personajes pintados de cómo serían las maldades. Creo que es un arte de expresión de performance pero también tiene que ver con elevar al extremo el estereotipo de mujeres con el estilismo. Es como que tienen un contenido y lenguaje muy performático”, aseguró Portillo.

Z-6.jpg Manu Portillo en pleno proceso de transformarse en Maldad Drag.

Generaciones drag

Las fiestas drag creadas por Envidia Metenés fueron y son como un espacio donde la creatividad no tiene límites. Estos eventos fueron generadores de nuevas drags, quienes sintieron que encontraron su lugar para crear sin condiciones: para ser libres. Pero mucho antes ya estaba Usha Didi Gunatita, referente principal, “la pionera”, coincidieron Manu y Omar. “Ella tuvo presencia en cámaras”, recordó Portillo, señalando que específicamente en Canal 9 Usha tuvo un espacio importante “sin que le corten” la transmisión. “En un programa llamado ‘Residencial Sonrisa’, con Los Compadres, le pusieron en primer plano”, indicó, diciendo además que a figuras como Usha usualmente solían cortar o censurar.

Omar refiere algo importante a la hora de hablar de drags, pues no hay que confundir con “la identidad, la vida, la batalla, que muchas veces conlleva pérdidas de un montón de derechos” de la colectividad trans. “Ser drag es un arte y es importante destacar eso, porque no se debe mezclar lo trans con lo drag. Indistinto al género, cualquiera puede ser drag, y todo lo demás anterior a Usha fueron shows trans”.

Incluso puso en resalto la valentía de las mujeres trans en épocas de oscurantismo como la dictadura stronista. “Usha fue la que hizo el híbrido porque ella era trans. De día era Elías, pero su show era drag. Fluctuaba mucho con su identidad. Pero en sus shows no intentaba ser una hermosa mujer, sino que era una caricatura, y lo drag tiene mucho de eso. Ella jugaba con su voz masculina, cosa que no va a hacer una travesti o una transformista. Sin embargo, el drag puede fusionar todo: no tiene género, para el drag no hay femenino o masculino, porque todo es una herramienta para expresar”, aclaró el actor y director, quien también recordó que otra de las referentes fue Sandra Torres (Lucero). “Sandra y Usha fueron dos madres drag, después vine yo, y ahora hay toda una generación nueva”, afirmó.

Z-3.jpg Aldo Calabrese creó la drag Menta Green.

El arte como medio de expresión

“Es ganarte el derecho a piso, trabajar por una birra, caerte, levantarte, irte a la disco gratis, hacer tu ropa con lo que tengas, maquillarte con lo que encontrás, es un proceso largo y más en una sociedad como la nuestra”, indicó Omar en pleno proceso de montaje, entre las luces de los tocadores en un camarín de la Alianza Francesa, ante la atenta escucha de Manu y Juan.

Todo lo que va moldeando el personaje es el arte de acuerdo a las experiencias de vida. “A veces también es posar y agigantar lo que es lo femenino, pero en esos casos no duran mucho, duran las que tienen más contenido o que su show es una propuesta”, señaló Manu, a lo que Juan acotó que hay veces en que se quiere imponer “una cuestión muy binaria”.

Para el show que presentaron, Maldad y Envidia se juntaron con su hermana Menta Green. La idea ya venía desde antes de la pandemia, pero por cuestiones laborales y personales fueron postergando. “La pandemia nos movió a todos, entonces renacimos y decidimos hacer de igual manera, porque a veces postergamos las cosas por miedo o por falta de fondos, pero eso se va acomodando”, observó Omar, quien expuso que todo se fue dando de manera natural, ya que el teatro les abrió las puertas en todo momento.

“Somos un equipo de gente grande con gente creativa, y gracias a eso salió el show. Porque en este momento esto no es un show nomás”, reconoció. “Este show tiene además del contenido el hecho de que es un show drag en medio de una pandemia, es un acto de revolución y eso tiene un mensaje político”, precisó Omar, en tanto Manu manifestó que esto pasa también en “un momento muy fuerte para la diversidad”.

Z-5.jpg Nelson "Cuco" Viveros metiéndose bajo la piel de Dislexia Severa.

Nuevos rostros para el reinado

El proceso de encuentro con el arte drag es uno de mucho autodescubrimiento. Estos encuentros se manifiestan de diferentes maneras en quienes lo adoptan como un canal de expresión. En el caso de Augusto Santiviago (Sanita Umda) y Aldo Calabrese (Menta Green) ese encuentro se dio a través del teatro. “Para mí fue algo progresivo. Empecé con el teatro a los 8 años y además mis hermanas eran todas bailarinas. Mi primer encuentro en cierto modo fue con el maquillaje. Estudié canto, teatro y baile y desde siempre disfruté mucho tanto del backstage como de estar en escena”, comentó Augusto. Aldo, por su parte, manifestó que el teatro le permite crear diversos personajes y que, justamente, su primer personaje fue una mujer. “Formarle a Menta me tomó 10 años”, expresó.

Para “Cuco” el drag se manifestó en un proceso de búsqueda interna. “En un momento sentí que me faltaba descubrir ese 'algo' que me llenara, algo en lo cual yo pueda ser excelente y potenciarme”, dijo. En esa búsqueda el drag llegó a su vida. Comentó que ese descubrimiento fue liberador y más aún en su contexto: “Vengo de Carmen del Paraná. A mi familia le costó más entender el proceso y lo que implica esto para mí’’. Su primer encuentro se dio en el carnaval de Encarnación, donde fue su movida inicial, pero decidió mudarse a Asunción para conseguir mayores oportunidades. “El drag para mí es una forma de expresión y por sobre todo un trabajo. Para mí no es un hobbie”, enfatizó.

En cuanto les preguntamos sobre el proceso de creación y construcción de un personaje, coinciden en que la inspiración viene de todas partes. El cine de Almodóvar, las referentes del Hollywood clásico, Liza Minelli, la cultura pop de MTV y las figuras matriarcales de sus entornos son algunas de las referencias e influencias que inspiraron en la creación de sus personajes. “En el drag hay mucha sensibilidad y mucho homenaje’’, destacó Calabrese.

Sobre la importancia del drag, Sanita remarcó que “el arte drag representa diversidad, representa todas las formas de arte en un solo personaje. Es divertirse y encontrar la belleza en cosas que van más allá de lo establecido para la sociedad”. Aldo reflexionó que “es algo muy colorido y positivo” y que “quienes de por ahí tienen prejuicios al final logran romperlos una vez que se termina el show”, y eso, según afirmó, es porque “existe un contenido emocional, es el valor agregado del arte”. “Siempre hay mucho detrás, el arte cuenta algo y con el drag se pueden dejar de lado los miedos, ya que con un personaje uno no es juzgado. A través de Menta Green puedo mostrar todo lo que sé hacer y así nos potenciamos, mi yo actor y el personaje’’, planteó.

Z-4.jpg Augusto Santiviago camino a ser Sanita Umda.

El futuro

El futuro de la escena drag es “alucinante” para Mareco. “Hay gente muy talentosa como Dislexia, Sanita, Virgyn, Ivanka. Y como en todos los ambientes hay gente transfóbica, misógina, y eso también se da en el círculo drag donde piensan que solo se trata de ser linda y opacarle a la otra y no celebran el éxito de la otra. Hay también el chisme, la mala onda, quien habla mal de una persona y sus carencias, por eso yo no creo conflictos, aunque se enojan porque no se les convoca, pero hay que ser selectivo con quienes uno trabaja en estos casos”, reafirmó el director.

“A mí me pasa algo con Omar, y es que él sabe separar Envidia de todo lo demás. Es un artista y actor que no está con un discurso repetitivo, y eso habla mucho de su talento y su compromiso con el arte, tanto con su drag como con él como actor”, apuntó una ya transformada Maldad Drag.

En esa misma línea de pensamiento, Omar enfatizó que “si lo drag llega a ser una identidad también eso es muy genial, porque hay muchas drags que fueron mis hijas y nacieron en mis fiestas, y ahora ya hicieron su transición. Eso es un momento muy emotivo, a muchas trans les sirve para explorar desde lo drag, para descubrir su identidad, ya que no se animan por toda la discriminación que existe. En este caso el drag es un puente”, consideró.

En la actualidad el arte drag está más presente y relevante que nunca, con los cenitales puestos encima para ser el centro de atención. El arte drag llegó para quedarse no solo como una expresión artística, sino como un movimiento social, un colectivo que además de su rol performático asume un rol de activismo y de educación, ya que rompe los estereotipos y prejuicios de una sociedad profundamente conservadora.